martes, 28 de julio de 2015

FELICES FIESTAS PATRIAS


VIVO EN UN PAÍS MARAVILLOSO
!!VIVA EL PERÚ!!


De LUIS CASTILLO H. (Peruano)


Hoy que estoy lejos
de tí patria querida
porque la vida
de tí me alejó,
quiero cantarte
con emoción sentida
versos que nacen
del corazón.

Desde esta gran nación
de belleza y de confort,
de libertad y de igualdad
desde aquí, mi nuevo hogar
Perú... te quiero cantar.

¡Oh Patria mía!
Tierra lejana
Perú adorado...

Desde aquí yo veo
bajo tu cielo, tu mar azul,
tus lindas playas,
y altas montañas, con sus nevados
que inspirado... Dios poderoso
allí pintó...
Y de tu selva... sensual
virgen febril y ardiente
veo tu río... veo tu flor.

¡Oh Patria mía!
Tierra lejana
Perú adorado...

Mis pensamientos llegan
a Lima, a contemplar
tus viejas calles
con sus balcones
de recuerdo virreynal
y mi alma llena de ilusiones
se va Del Puente a la Alameda
para admirar La Flor de la Canela
airosa caminar...

¡Oh Patria mía!
Tierra lejana
Perú adorado...

Estoy despierto y soñando
con Cinco Esquinas
en los Barrios Altos,
barrio añejado
de serenatas y procesión,
por Mercedes y Santa Clara,
donde cantara
aquel Plebeyo
su noble amor...

¡Oh Patria mía!
Tierra lejana
Perú adorado...

Al recordar tu luna porteña
y el eco de una canción,
la nostalgia mi alma llena
y evoco el Callao Querido,
donde una noche rendido
quedó por siempre mi corazón

¡Oh Patria mía!
Tierra lejana
Perú adorado...

lunes, 6 de julio de 2015

DÍA DEL MAESTRO ASUNCIONISTA



PROFESOR Y ALUMNO

Era un profesor comprometido y estricto, conocido también por sus alumnos como un hombre justo y comprensivo.
Al terminar la clase, ese día de verano, mientras el maestro organizaba unos documentos encima de su escritorio, se le acercó uno de sus alumnos y en forma desafiante le dijo:
- Profesor, lo que me alegra de haber terminado la clase es que no tendré que escuchar más sus tonterías y podré descansar de verle esa cara aburridora.
El alumno estaba erguido, con semblante arrogante, en espera de que el maestro reaccionara ofendido y descontrolado.
El profesor miró al alumno por un instante y en forma muy tranquila le preguntó:
- ¿Cuándo alguien te ofrece algo que no quieres, lo recibes?

El alumno quedó desconcertado por la calidez de la sorpresiva pregunta.
- Por supuesto que no. - contestó de nuevo en tono despectivo el muchacho.
- Bueno, -prosiguió el profesor, - cuando alguien intenta ofenderme o me dice algo desagradable, me está ofreciendo algo, en este caso una emoción de rabia y rencor, que puedo decidir no aceptar.
- No entiendo a qué se refiere. - dijo el alumno confundido.
- Muy sencillo, -replicó el profesor-,
Tú me estás ofreciendo rabia y desprecio y si yo me siento ofendido o me pongo furioso, estaré aceptando tu regalo, y yo, mi amigo, en verdad, prefiero obsequiarme mi propia serenidad.
- Muchacho, -concluyó el profesor en tono gentil-,
Tu rabia pasará, pero no trates de dejarla conmigo, porque no me interesa, yo no puedo controlar lo que tú llevas en tu corazón pero de mí depende lo que yo cargo en el mío.
Cada día, en todo momento, tú puedes escoger qué emociones o sentimientos quieres poner en tu corazón y lo que elijas lo tendrás hasta que lo decidas cambiarlo. Es tan grande la libertad que nos da la vida que hasta tenemos la opción de amargarnos o ser felices.
Para buscar pues, la calma Interior, no vayan donde todo es calma sino donde no hay paz, y sean ustedes la paz. De esta forma la encontrarán al darla, y la tendrán en la medida en que vean que otros necesitan de ustedes para calmarse.
Autor: Anónimo