CONOCENOS





 I.E "LA ASUNCIÓN"




La congregación de las hermanas Franciscanas de la Inmaculada y la Comunidad Educativa Asuncionista concebimos que la educación constituye  un instrumento de formación humanista, justa, solidaria y acogedora.
Formamos a nuestro y nuestras estudiantes PARA VIDA DESDE LA VIDA, basándonos en los principios pedagógicos de inclusividad, calidad y conciencia ambiental; complementando con los valores de la congregación de las HFI: Sentido de pertenecía, interioridad, fidelidad y bien común.



ESCUCHA CON EL CORAZÓN Y VUELA ALTO

Ubicación Geográfica:

La Institución Educativa “La Asunción” se encuentra ubicada en la Av. Palián Nº.1020 - Anexo de Palián; Distrito y Provincia de Huancayo, Departamento de Junín.

             La Congregación de Hermanas Franciscanas de la Inmaculada:

La Congregación de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada (HFI) es una fraternidad que tiene como
trabajo prioritario hacer el bien y buscar la paz, que mira y construye la realidad con misericordia y que
comparte su vida con todas las personas que buscan hacer el bien y defender la vida de los más pobres como
hizo Jesús de Nazaret.

Fue fundada el 27 de febrero de 1876 por la Madre Francisca Pascual Doménech, cuyo legado es: un tesoro, Jesucristo; una misión, hacer el bien; un servicio, cuidar la vida; un mandato, la necesidad del hermano; una urgencia, los pobres; un estilo, la sencillez; un regalo, la fraternidad; y una tarea, expansionar el amor.

La misión de las Hnas. Franciscanas de la Inmaculada es “Hacer Siempre el Bien” mediante tres rasgos:
    •  UN TRABAJO: Paz y bien, en el que se ha de priorizar la justicia, la libertad, la solidaridad.
    • UN MÉTODO: Misericordia, método de amor constante y progresivo que se apoya en la gratuidad, la alegría y la sencillez.
    • UNA FORMA: Fraternidad, que nos lleva a cultivar la acogida, la amistad y el agradecimiento.

La Congregación de Hermanas Franciscanas de la Inmaculada nos propone la construcción de la persona en base a una pedagogía humanizante, inclusiva y cercana como la pedagogía de Jesucristo; enriquecida con valores para la vida y a través de la Comunidad Educativa establece la plataforma que contribuye en la creación de un clima familiar encuentro y acogida impulsante a desarrollar capacidades y potencialidades de cada persona. Es por ello que a través de su propuesta Artífices de Liberación, basada fundamentalmente en una visión Cristiana Católica, brinda espacios de humanidad y enseña el proceso educativo hacia el logro de un ciudadano con espíritu crítico, creativo, en defensa de la vida, que viva en completa armonía con todo lo creado evitando la degradación del medio ambiente; un ciudadano responsable y constructor de la sociedad de hoy capaz de suscitar esperanzas y de hacer siempre el bien.

Actualmente la Congregación realiza su labor en los países de Chile, Colombia, España, Honduras, India, Italia, Kenia, Perú, Portugal, Puerto Rico y Venezuela. En nuestro país en las ciudades de Arequipa, Cuzco, Chanchamayo-Villa Perené, Lima, Piura y Huancayo.



         Madre Francisca Pascual Doménech:
Francisca  nace el 13 de Octubre de 1833 en Moncada (Valencia, España).
Sus padres Jaime Pascual y Mariana Doménech Montagud formaron
una familia sencilla, cristiana y trabajadora. Los dos se casaron en segundas
nupcias y de esta unión Dios los bendijo con una sola hija FRANCISCA. De
su anterior matrimonio, del que quedaron ambos viudos, Jaime tenía un
hijo: Jaime Pascual Chisvert y Mariana dos hijas: Mariana y Josefa Bestuer
Domenech, por lo que la familia Pascual Domenech estaba compuesta
por los padres y cuatro hijos: Jaime, Mariana, Josefa y Francisca.  El único
medio de vida de la familia era su pequeña chacra.

Cuando contaba con 12 años marchó a Valencia para trabajar como empleada doméstica, lo que nos indica que la situación económica familiar era precaria. Debido el nacimiento y auge de la industria (mediados del siglo XIX). Madre Francisca también trabaja como obrera, en una de las muchas fábricas de hilados de seda, trabajo que realizó 16 horas diarias, comiendo días enteros solo pan con aceite y realizando viajes a pie de unos 8 km aproximadamente para llegar al trabajo desde su casa.

En la convivencia con sus compañeras de trabajo  Francisca les hace tomar conciencia de la necesidad de la cultura, de vivir comunitariamente la fe y la defensa de sus derechos. Esta experiencia de amistad y vida compartida, le ayudó a esclarecer y confirmar lo que venía sintiendo desde niña: su vocación de ENTREGA a Dios y a los hombres.

Francisca sintió que la llamada que Dios le hacía era para dedicar su vida al servicio de las mujeres más necesitadas. Por ello, se dirigió a la Congregación de las Adoratrices, que conjugaba la contemplación con la atención a  las jóvenes y mujeres de “mala vida” o con gran peligro de caer  en la red que la sociedad burguesa de aquel momento tendía a las jóvenes sirvientas y ambulantes, hijas de madres prostitutas o jóvenes que al llegar a la gran ciudad, buscando trabajo, caían en manos de negociantes inescrupulosos.

Las Adoratrices piden a Francisca la dote (aporte económico)  acostumbrada con el fin de mantener la comunidad. Y es ésta la razón por la que se le cierran las puertas de esta Congregación y de hecho de otras muchas. No tiene dinero ni bienes, por lo tanto no puede ingresar en ninguna Congregación.

Ante la negativa, Francisca no se acobardó, sino que buscó otra Institución que pudiera recibirla, y acudió al Beaterio de las Hermanas Terciarias Franciscanas (Beaterio que existía desde el siglo XIII, prácticamente desde los primeros años de la fundación de la Orden Franciscana por San Francisco de Asís). Las hermanas “beatas, como así se les llamaba, vivían bajo el mismo techo y con un mismo reglamento, pero solo tenían en común el deseo de orar y hacer penitencia por amor a Dios. Cada una tenía su cuarto y su pequeña hornilla para cocinar. Los rezos y penitencias eran individuales, así como las obras de caridad que cada una realizaba.

Francisca también recibió una respuesta negativa por parte del Beaterio. Esta vez no por la dote (aporte económico), que no se la exigieron, sino por dos condiciones que contemplaba el reglamento interno: el número de hermanas que debía haber en el Beaterio estaba completo (15 hermanas) y la edad mínima para el ingreso era de 35 años, y Francisca tenía entonces solo 30 años.

Ante la nueva negativa siguió insistiendo. Intuyó que era allí donde Dios la llamaba en ese momento. La insistencia fue tanta que al final obtuvo una respuesta afirmativa. Las hermanas del Beaterio la acogieron, sin tener en cuenta, al fin, la edad de Francisca y la falta de espacio que había en el Beaterio. El problema del lugar lo resolvieron, acomodando un pequeño cuarto debajo de la escalera.

Allí y así empezó Francisca su vida de consagración a Dios. Era el año 1863. Entre sus compañeras destacó por sus virtudes: sencillez, valentía, humildad, confianza en Dios, bondad, prudencia e inteligencia. Por lo que fue designada a ser Superiora pero ella no aceptaba. Con el transcurrir del tiempo intuye que Dios y los hombres exigen otra cosa de la vida religiosa. Y así en la oración y en la contemplación de la realidad que le rodeaba, va descubriendo la necesidad de: la solidaridad con los hombres de su época. Liberándoles de la ignorancia, hambre, explotación laboral y anunciándoles el Evangelio como Buena Nueva de paz, justicia y verdad; la identificación con la mujer campesina y obrera, de la que forma parte; la vivencia de Dios como amor misericordioso y expansivo, la fraternidad y el trabajo gratuito.

Poco a poco, en la oración y analizando la coyuntura histórica, va viendo como voluntad de Dios la REFORMA del Beaterio. Las dificultades de llevar a cabo esta reforma eran fuertes pero no fueron obstáculo para emprenderla pues estaba centrada principalmente en: la fraternidad, el servicio a los hombres, la oración y la penitencia. De las 15 hermanas que conformaban el Beaterio 13 aceptaron el cambio y dos se marcharon porque no lo entendieron, pero al paso de los años, pidieron ser acogidas nuevamente por encontrarse enfermas y ancianas, terminando así sus días dentro de la Fraternidad. Es así que el 27 de febrero de 1876 queda constituida la Congregación de Hermanas Franciscanas de la Inmaculada.

Con el sentido de providencia y misericordia, de fraternidad y contemplación se inicia la obra de Madre Francisca y sus seguidoras. Quienes fundaron diversos lugares como centros de protección a la mujer, cocinas económicas, colegios de primera enseñanza, escuelas nocturnas, escuelas cuna, escuelas dominicales, asilo de lactancia, escuelas de rvulos y primaria, hospital para mujeres y para transeúntes en los que acogieron a ancianos pobres, mendigos, jóvenes huérfanas, obreras con sus hijos pequeños, niñas y jóvenes que cuidan a sus hermanos menores, sordos y ciegos.

El 16 de Abril de 1901 la Santa sede, en la persona del Papa León XIII decidió Aprobar la Congragación y su
Proyecto Evangélico de vida” pasando a ser una Fraternidad con misión Universal.

Comunicar, compartir el don recibido es una exigencia del mismo amor. No hay crecimiento en el amor sin expansionarlo gratuitamente. Todo esto intuyó perfectamente Madre Francisca. Y por ello, antes de morir, expresó en repetidas ocasiones, su deseo de llegar a todos los rincones del mundo, como una necesidad de la misma fraternidad si realmente quiere ser fiel a Dios.

El 26 de abril de 1903, dos años después de que el Papa León XIII firmó la aprobación de la Congregación y su proyecto evangélico de vida, Madre Francisca murió en Moncada con la misma humildad y sencillez con la que vivió. Su legado sigue vivo hoy en manos de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada, expansionando el amor a Dios en el prójimo en diferentes partes del mundo: América, África, Asia y Europa.


Reseña Histórica de la Institución Educativa La Asunción”:

El 05 de Diciembre de 1952, el Ministerio de Educación, crea la escuela Normal Rural de Mujeres “La Asunción”
con R. S. 945 en mérito al trabajo desplegado por Madre María Magdalena de la Eucaristía, quien supo
ganarse la simpatía del Ministro de Educación Sr. Juan Mendoza, siendo Presidente de la República  en esa
época Don Manuel  A. Odría.

La Escuela Normal Rural inició sus actividades oficialmente el 22 de Abril de 1953 en las Instalaciones que originalmente se destinaba para la Escuela Climática  y el 11 de Noviembre se reconoce a la Virgen  de la Asunción como patrona de la Escuela Normal con R. M. 10999.

El 12 de Abril de 1954, se resuelve autorizar el funcionamiento de una sección de Jardín de la Infancia en la Escuela Climática de Altura de Huancayo. Es entonces que a partir de 1955 que la sección inicial comenzó su labor formadora con sólo 3 5 niños cuyas edades fluctuaban de 3 a 5 años, siendo la Madre Antonieta Garatachea la primera en hacerse cargo de la delicada y paciente labor en la formación integral de los niños de este nivel.

En 1958 la Madre María Magdalena de la Eucaristía, consigue la elevación de la Escuela “Normal Urbana” y
se construye la gruta de Nuestra Señora de Lourdes.

El 04 de Mayo de 1963 se levanta la estatua a la incansable y emprendedora fundadora de nuestra I.E. Madre María Magdalena de la Eucaristía, religiosa terciaria de San Francisco de Asís y de la Inmaculada Concepción hoy reconocida como Congregación de Hermanas Franciscanas de la Inmaculada; Madre María Magdalena nace en Zaragoza – España el 03 de Abril de 1915 y  deja de  existir el 21 de Enero de 1961 descansando sus restos en el Cementerio del Convento de Ocopa.

El 06 de Abril de 1966 se cristaliza el anhelo de la Familia Asuncionista, de contar con el Nivel Superior, por R. S. N° 513 y como consecuencia de esto también nace el colegio de Aplicación: Escuela Normal Superior “La Asunción” y en 1967 empieza a funcionar la sección única del 1er año de educación secundaria con un total de 32 alumnas y 6 docentes dependiendo administrativamente de la Escuela Normal.

Desde 1968 se van implementando y completando las secciones de Educación Secundaria completa (Del 1er al 5to de Secundaria) hasta 1971. A partir de 1972 el nivel inicial sólo recibirá a niños de 5 años comenzando con el aprestamiento del niño, según los principios de la Reforma de la Educación; consolidándose la permanencia de los Centros Educativos N° 406 y 31363 “La Asunción” en 1977.

A partir del año 2000 la Comunidad Asuncionista ha iniciado el Tiempo de Gracia que coincide con el Tiempo Jubilar de la Congregación de Hermanas Franciscanas de la Inmaculada, por sus 50 años de llegada a Huancayo y que se extiende hasta el 2003, año que se celebró los las Bodas de Oro de conmemorándose la Fundación de la I.E. “La Asunción.

El año 2005 la Congregación de Hermanas Franciscanas de la Inmaculada da la confianza firme a los laicos, teniendo como directora de la I.E. a la Sra. Ana  María Asturrizaga Campián, con la Promotoría de la Congregación y Sub Directora de Secundaria Hna. Irma Castillo Castro; del 2006 al 2008 la directora encargada fue la Hna. Dilcia René Mendoza Alvarado. ; del 2009 al 2011 la Congregación de HFI nuevamente deposita su confianza a los laicos para la dirección de la Institución Educativa en la persona de la Sra. Ruth Beatriz Trelles Vadillo, con la Promotoría de la Congregación y Sub Directora de Primaria Hna. Graciela Llatasi Mamani; en la actualidad, la Congregación HFI nuevamente deposita su confianza a los laicos para la dirección de la Institución Educativa en la persona de la Srta. Edith La Torre Capacyachi, con la Promotoría de la Congregación y Sub Directora de Primaria Hna. Graciela Llatasi Mamani.

Actualmente nuestro colegio continúa su labor educativa como Colegio Integrado en los Niveles de Inicial (Mixto), Primaria (Mixto) y Secundaria sólo de mujeres, atendiendo de esta manera a la juventud estudiosa de la región y de la comunidad huancaína 59 años, cultivando de este modo el amor a Dios en el prójimo, como misión de anunciar el evangelio, como buena nueva de Paz y Bien, Misericordia y Fraternidad. Principios que nos identifica como colegio católico de Hermanas Franciscanas de la Inmaculada.


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